Al principio las líneas se dibujan
al albur de la risa, la sorpresa,
la pena, la carcajada;
al principio, durante algunos años,
el mapa resiste todos los envites,
inmune a la insistencia.
Después, poco a poco, como
cuando se hace de noche o se hace de día,
van quedando huellas,
memoria geográfica
junto a los ojos, en la comisura
de los labios, en la frente.
Así el placer y el dolor
van dibujando su atlas sobre nosotros
como la lluvia en las montañas,
como el mar en las rocas,
como el viento en el agua.
sábado, 28 de abril de 2007
Atlas
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2 comentarios:
¡Excelente! me parece un poema brillante, cargado de fuerza y lleno de muy buenas y originales imágenes. Me ha encantado.
Te he descubierto por casualidad, como casi todas las cosas que se descubren en el mundo.
Un placer conocerte. Volveré a verte.
Un saludo desde la Enterprise.
Caray, gracias, Hipatia, bienvenida y encantado! :-)
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