Hemos llevado a cabo una mudanza, aunque la mayor parte de las cajas tuviesen como destino un centro de reciclaje de residuos del ayuntamiento de Zaragoza. Todo: el retrato de boda donde mis suegros aparecen tan extrañamente jóvenes y desenfocados en blanco y negro, los recuerdos de cerámica de sus escasos viajes a Cuenca o Tarragona, los juegos de café, las lámparas, una gran llave antigua que alguna vez sirvió para abrir una puerta cuyo rastro se ha perdido, sábanas, mantas, figuras de santos, candelabros, bandejas de plata, álbumes de fotografías donde M. nace, crece y se aleja de mi brazo, colecciones de sellos y monedas, zapatos, la bendición oficial de un papa de Roma, calendarios: todo fue examinado y seleccionado. No me sentí más cruel que el eco de las habitaciones vacías.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
¿Has podido?
Madremia, te envidio, soy incapaz, es imposible, lo intento y nada. Tengo miles de cosas inútiles, viejas, ajenas incluso.
Pero no sé cómo has podido...igual una causa de fuerza mayor, falta de espacio, por ejemplo.
jo!
¿puedes recuperarlo si te arrepientes?
JO!
Beso.
Han tenido que pasar tres años para que hayamos podido vaciar el piso de Zaragoza. No nos hemos desprendido de todo, aunque posiblemente hayamos tirado el ochenta por ciento, muebles incluídos. La causa es que queremos recuperar esa vivienda para nosotros y la presencia de tantas cosas nos lo impedía.
A mí no me cuesta casi nada deshacerme de lo que ya no se usa o no sirve, pero M. es como tú, lo guarda todo. Como ya me conoce siempre va detrás de mí para impedir que haga de las mías...
Un beso.
Anda, mira, ahora ya me gusta la idea.
Volver a tener casa en zgza. es una idea estupenda llena de posibilidades para todos, sobre todo para los críos.
Oseas, que tu haces con M. lo que hace Alberto cuando yo limpio, que tengo luego que ir mirando bolsas. jajajaja.
Beso y beso.
A eso le llamo yo "desamortización vital" y alcanza a mis libros.
Ah, pero con los libros me cuesta mucho más. Miento: soy incapaz de deshacerme de un libro que me haya gustado alguna vez.
Claro, los que me han gustado a mi nunca se van, los guardo. Pero hay tantos que he leído a medias o he dejado para más tarde, que a esos, sin piedad, Jesús.
Publicar un comentario