El día del Pilar Zaragoza se inunda de personas vestidas con el traje regional de Aragón caminando por la acera con rostro serio. No me gustan los trajes regionales. Sí me gustan las gambas a la plancha, la sopa de cocido y el pollo asado en casa de mis padres, quienes nos cuentan que se van de viaje una vez más, en esta ocasión a Peñíscola.
El sábado por la tarde regresamos a Binéfar. En el coche todos duermen. Para no molestar su descanso hace rato que apagué la música y ahora sólo se escucha el ronroneo del motor. Devoro el tiempo kilómetro a kilómetro. El sol poniente ilumina la carretera con su luz rasante.
domingo, 14 de octubre de 2007
Luz rasante
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
A mi también me gustan más las gambas a la plancha que los disfraces folclóricos, pero el problema lo tenemos cuando los folclóricos mentales invaden todo y se empeñan en que nos dejemos invadir.
Saludos cordiales
Hola, Petrusdom, y bienvenido.
Publicar un comentario