Ha muerto el cantante Michael Jackson e inmediatamente una ola de histeria colectiva y periodística se ha extendido alrededor del mundo entero. Se habla del nacimiento de un mito, de la desaparición del mejor cantante pop de la historia, se habla de un genio, del número uno, del rey. A mí, musicalmente hablando, me deja indiferente, pero siento lástima por él, no tanto por su muerte como por su vida peripatética. Pobre desgraciado.
viernes, 26 de junio de 2009
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6 comentarios:
Esta noche hemos estado hablando de esto mismo, de la histeria colectiva por la muerte de M.J..
Como millones de personas en el mundo.
Un beso,
C.
Yo he pensado algo parecido.
¡Buen fin de semana sin ruidos!
Hola, C., sí, tienes razón: lo comentamos como millones de personas en el mundo, aunque, ¿cómo no hacerlo si esta noticia ha sustituido a todas las demás en los periódicos y la televisión y la radio? Un beso.
Hola, Elvira, ¡los ruidos han terminado! (Al menos hoy nos han dejado dormir hasta tarde)
:-)
Saludos.
Tengo en la cabeza la imagen de cuando era un niño pequeño y subía al escenario como si fuera un juego.
A veces, los padres, cometemos errores garrafales que pagan los hijos.
Siento algo de tristea por su penosa vida.
Hola, Aquí, hoy he estado con varias personas y todas coincidían en la apreciación de que la mayor parte de su vida, además de penosa, fue ridícula. Dicho esto, a algunos les gustaban sus canciones y a otros no, como suele pasar. Eso sí, histeria ninguna.
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