Cruzando a pie Zaragoza
el día del Pilar
camino de la casa de mis padres,
cruzando a pie las calles
pobladas de acacias y plátanos
cuyas hojas comienzan a caer,
cruzando a pie esta ciudad
que fue mía y probablemente
vuelva a serlo pronto
algo hizo clik
dentro de mí.
Oh, por aquellas calles fui y vine
tantas veces, primero hacia el colegio
de los padres Dominicos, después
tras haber besado a una chica
en el portal de su casa,
al otro extremo de la ciudad.
Una vida no es vida sin renovación, sin cambio,
me dijeron ayer, y es verdad.
Una vida no es vida, pensé, sin regresar.
sábado, 13 de octubre de 2012
Sin regresar
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2 comentarios:
Pienso a ti y pienso a tus amigos en Binéfar.
Un abrazo
Yo también pienso en ellos. Si algún día me voy, aunque eso puede tardar un poco, echaré muchas cosas de menos...
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