P., de catorce años, está cansada y afligida. Cansada porque acaban cinco días de festejos y pocas horas de sueño, afligida porque las vacaciones se apagan, se alejan engullidas por la velocidad. Ni siquiera el espectáculo pirotécnico, que grabo en silencio, logra animarla. Ella sabe que los fuegos artificiales que estallan en el cielo nocturno como si fuesen fenómenos estelares, nacimientos de galaxias, son en realidad el anuncio del final del verano.
lunes, 17 de septiembre de 2007
El final del verano
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2 comentarios:
Fíjate que a mí me pasa lo contrario. El final del verano es el final del calor, cosa que agradezco especialmente.
Y además, me encantan los fuegos artificiales. Pobre P., se entristece por lo que yo me alegro.
Un saludo-
Hola, Jaav, bienvenido.
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