Cuando salimos del Chanti todavía hay gente en la terraza tomando una copa. Con la llegada del buen tiempo los viernes se han hecho más largos y los camareros se miran unos a otros con una resignación no exenta de cierto atisbo de rebelión.
Esta noche nos hemos reunido tres en el bar: yo y dos de las amigas que más quiero en el coro. Hemos hablado de música, de las nuevas piezas que estamos ensayando. Qué agradable resulta estar con personas interesantes, solamente eso, estar a su lado charlando despreocupadamente entre sorbo y sorbo, riendo a ratos, tarareando algo, siendo generosos y siendo también mordaces sobre esto y aquello, siendo un poco buenos y un poco malos, ondulantes algas mecidas por la corriente de nuestra naturaleza.
sábado, 9 de junio de 2007
Después del ensayo
Anotado por Jesús Miramón a las 03:28 | Después del ensayo
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6 comentarios:
Y a mí que se me ha metido el "Chanti" entre ceja y ceja. ¿Pues sabes que te digo? ¡Que yo tengo que ir al "Chanti" a tomar algo contigo!
Tal vez te decepcionaría, es el bar más corriente y demodé que puedas imaginar, pero yo le tengo cariño, al fin y al cabo llevo seis o siete años yendo allí cada viernes por la noche. Si en alguna ocasión pasas por aquí o cerca de aquí me encantaría invitarte a una cerveza. Un abrazo :-)
Ya, si ya me lo habías aclarado en una ocasión, pero, qué quieres, ¿cómo le han puesto un nombre con tanto glamour entonces?
No dudes que, si se presenta la ocasión, lo haré, Jesús. Un abrazo.
Un texto precioso, Jesús.
Me encantan estas exposiciones de la realidad "sin importancia", en las que se perfila un poco de todo lo que somos.
Un abrazo desde la Enterprise.
...yo también te quiero, Jesús
:-)
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