Anoche estaba tan cansado que ni siquiera cené. Ahora mismo, después de casi ocho horas de sueño reparador, los músculos de mis piernas vuelven a tener energía para llevarme por el mundo. Nunca dejan de sorprenderme estos milagros.
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1 comentario:
Que sigan sucediendo esos milagros, aunque no los comprendamos, por favor.
Un saludo desde la Enterprise.
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