miércoles, 1 de octubre de 2008

Nadie lo sabe

Hace exactamente ocho minutos que septiembre terminó. En la calma de la ciudad dormida caen sobre la grava del jardín de mi lugar de trabajo las castañas de indias, abiertas sus cáscaras de púas. Sé que durante estos días los niños del colegio cercano se colarán entre las rejas de la valla para recogerlas, tan ilusionados como ignorantes de su amargor. Al principio, hace años, abría la ventana y les advertía; luego decidí dejar de hacerlo: ¿quién era yo para estropear su exploración, quién era yo para adelantarme al futuro, para adelantarme a la realidad? Mañana cuando salgan del colegio saltarán la verja, incapaces de resistir la tentación de las pulidas castañas, y me limitaré a observarles de reojo y disfrutar de sus gritos de entusiasmo, ¿acaso alguien sabe qué nos traerá octubre?

4 comentarios:

molinos dijo...

Dejo un comentario aqui..aunque me estoy leyendo el blog entero.

Me da muchísima envidia cómo escribes..pero me da también mucha alegría ver que alguien dice lo que yo siento/pienso mejor que si lo dijera yo.

Cuando pase por Barbastro dentro de unos días lo miraré de otra manera que en los últimos 11 años.

Jesús Miramón dijo...

¡Anda! ¿Y qué hace una madrileña pasando por Barbastro durante once años? (Ejem, si preguntarlo es una indiscreción por mi parte comprenderé que no contestes y te pido perdón de antemano)

(Ah, y gracias. A mí me da envidia el sentido del humor con el que escribes y que salgas a correr y vayas a nadar y estés en plena forma)

molinos dijo...

Hace 11 años que compramos una casa en Sos..en el valle de Benasque..un minipueblo de 12 habitantes..voy para allá por lo menos 3 veces al año y hay que pasar por Barbastro..unas veces paramo y otras no..depende del momento..

Jesús Miramón dijo...

Es una zona preciosa, muy bonita. Yo trabajo en la Agencia Comarcal de la Seguridad Social de Barbastro. Si algún día laborable (vivo en Binéfar, a 30 kilómetros) paráis por aquí y os apetece tomar un café ya sabes dónde estoy.

:-)