martes, 21 de octubre de 2008

Parque de atrás

10 comentarios:

Jesús Miramón dijo...

Hay luz pero todavía no la suficiente para que se apaguen las farolas que han iluminado el espacio desierto durante toda la noche; no la suficiente para hacer una fotografía en condiciones. Da igual. Es por la mañana. El principio de un nuevo día sobre este planeta.

Anónimo dijo...

y la vida entra por detrás...
una de mis convicciones es que si el ser humano desaparece no tardará mucho tiempo en desaparecer con él todo el asfalto que ha sembrado durante esta última centuria, dando paso a una nueva vegetación exuberante
sueños de nosferatu

Jesús Miramón dijo...

Existe un documental apasionante al respecto de lo que dices, se titula "Life after people" e ilustra con mucha precisión lo que sucedería si desapareciésemos del mundo, de las ciudades, del campo. Está disponible en internet y te lo recomiendo encarecidamente (yo lo descargué con subtítulos en español). Un saludo.

Portarosa dijo...

Parece agradable, con parque infantil (estoy en la edad, ya sabes) y todo.
¿Sabes qué me echa un poco para atrás a mí? Ese color tierra de tantos edificios, tan habitual en algunos sitios y nada frecuente por aquí.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Uf, es que por aquí se construye muy feo, no existen regulaciones que velen por la estética de los edificios y se hacen verdaderas barbaridades. Ni siquiera todas las casas son de color tierra, ojalá.

Portarosa dijo...

Si te sirve de consuelo, que sepas que aquí incluso se ha acuñado el término "feísmo", para referirse a la "desfeita" de la construcción desorganizada, mal regulada, descuidada, etc.
Galicia no tiene nada que ver con el resto de la cornisa cantábrica, en urbanismo/construcción, por desgracia. Aquí hemos "escarallado" todo lo que hemos podido.

Casas color tierra no hay, claro, porque aquí los materiales son otros, pero no te creas que supone una gran ventaja.

Un fuerte abrazo.

Miranda dijo...

A mi los gallegos me recuerdan mucho en todo a los griegos.
Desde el "tragoi" a lo gorrinacos que son.
Ese fatum "morreu" y todo ese desorden, esa guarrería por todas partes, con neveras tiradas en las cunetas de carreteras secundarias, ese concepto de la limpieza tan liviano.
Aún puedo reconocer en el Mexilon un trozo de plesiglas verde que se quedó pegado en la pared y ha sido cubierto por la grasorra de años hasta volver a ser la gominola pegajosa que era.
Virgensanta...

Por la zona que he estado de reposo (es un decir) todas las casas eran de adobe. Ahora son de un ladrillo feo.
No me gustan, pero no me espantan tanto como esas casas a medio hacer, columnas, bajos tipo lonja huecos, casa encima con todo tipo de complementos, que es la típica construcción de minifundio gallego.
No he visto espanto igual ni entre chabolas.

Beso.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Miranda,

yo visité Galicia hace... madre mía, hace ya veinte años. No guardo de sus casas la imagen que tienes tú, pero sólo estuve quince días y en sitios como Santiago o Vigo, que me encantaron. Bueno, es que Santiago de Compostela es una de las ciudades más bellas que conozco y donde mejor se come (todavía recuerdo un pequeño restaurante que llevaban dos señoras mayores, "El asesino" creo que lo llamaban o algo así, en la calle de los estudiantes).

Neveras o somieres oxidados tirados en la cuneta de carreteras comarcales o al final de preciosos caminos del bosque los he visto por desgracia en muchos sitios, aquí en Aragón y también en Cataluña. Y edificios absurdos también. Como decía: aquí en Binéfar, lo mismo en Monzón, menos en Barbastro, hay terribles aberraciones urbanísticas: bloques de doce plantas junto a casas de dos, fachadas de todos los materiales imaginables una detrás de otra sin la más mínima armonía cromática, etcétera. Es una pena. Una de las primeras cosas que le llaman la atención a un español cuando viaja a Francia o a Inglaterra es precisamente eso: allí las casas y los pueblos parecen menos feos, no existe tanto desdén como aquí.

Miranda dijo...

¿Te dejaron entrar en El Asesino?
Buena cara te debieron de ver. Se asoman por la mirilla a ver quién llama y deciden según le miran si le dejan o no.
En el Asesino se come abundante, sí, y barato. No sé que habrá sido de ellas, hace mucho que no voy. Eran la monda.
Sí, lo del descuide lo hay en más sitios, otro de llamar la atención es Alicante.
Cada vez veo más mierda en la carretera que va desde el aeropuerto a la ciudad.
Y de edificios mejor no hablar.

Este estado de cosas es muy significativo y distingue muy bien las entretelas de la sociedad que lo permite.

Pues si vas a Santiago otra vez, no tienes más que ir a Noia (por la carretera vieja), o a Brión, que está más cerca.
Da repelus...

Beso.

Anónimo dijo...

Miraré el documental que me comentas, Jesús. Tiene buena pinta.
En cuanto a Galicia, las últimas veces que la he visitado ha sido por mar. Y desde allí sigue siendo bellísima.
A pesar de los vertidos, las piscifactorías y los jipis en las cíes (que ya no quedan).