No escribo nada. Por la mañana me despiertan los graznidos y trinos de las aves que escaparon de sus jaulas y ahora viven en los parques de la ciudad. El montaje de muebles de nombre sueco ocupa mis días. Al llegar la noche caigo rendido en la cama sin haber escrito nada. Hay muchos modos de ser feliz.
viernes, 14 de agosto de 2009
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4 comentarios:
Ser feliz con esas cosas es saber vivir. Me alegro. Pero también me gusta leer tus escritos. :-)
Hola, Elvira,
después de la estación seca deberían llegar las lluvias.
(Tengo la sensación de que el verano ha pasado del trote ligero a un galope suave. Los días cada vez son más cortos)
Siempre he admirado tu capacidad de encontrar la felicidad en lo cotidiano. Que dure!
Lo cotidiano no será cotidiano siempre, no durará eternamente, si existe una única verdad incontrovertible es esa, ¿verdad?
Un saludo, Enric.
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