Como cada año algunos peatones recogen del suelo las castañas de los árboles que rodean el edificio donde trabajo. Como cada año me abstengo de abrir la ventana para advertirles de que son amargas, que no se pueden comer. ¡Las recogen con tanta ilusión, adultos y niños se llenan los bolsillos de ellas! Por otra parte, ¿cómo sé que este otoño siguen siendo amargas? Yo las probé una sola vez, hace mucho tiempo, y nunca más desde entonces.
jueves, 15 de octubre de 2009
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5 comentarios:
La verdadera castaña amarga es la de la conciencia...
Un abrazo
Las conozco como castañas locas
Las del castaño del Índias ¿verdad?
Las probé una vez, sabían muy mal.
Y creo que desde entonces estoy como el nombre.
Saludos y buen fin de semana
Ayer compré castañas (dulces), las primeras de la temporada. Las haré directamente sobre la vitrocerámica, quedan muy buenas. A mí, como a tanta gente, las castañas (dulces) sólo me traen buenos recuerdos, memoria de las castañeras del Paseo de la Independencia de Zaragoza en sus casetas, delante del brasero, y el asombro infantil de que pudieran manipularlas con las manos sin quemarse, memoria de los cucuruchos de papel calentando las manos aquellos inviernos anteriores al cambio climático.
Besos y buen fin de semana.
lamentablemente serán siempre amargas, pues son una especie no comestible. Yo también las probé...
Efectivamente soy una de esas que ha cogido castañas amargas solo q no sabia q eso podia ser. Cerca de dos kg.las miraba con una sonrisa, cada vez q abría la maleta,pues estaba de turismo por Castilla León, pensando en la crema de castañas q haría cuando llegase a Tenerife. ¡¡terrible decepción!!! Y rabia por no haberlas probado antes y tirarlas para no cargar con ese peso. En fin siempre se aprende algo. Ya se q existen las castañas amargas
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