A las ocho de la mañana el termómetro del coche señala tres grados. Los cuervos apostados sobre los tubos de riego de los campos de maíz parecen anunciar la llegada del frío. Definitivamente el largo, larguísimo verano de dos mil nueve, pertenece ya al pasado.
lunes, 19 de octubre de 2009
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2 comentarios:
¡Madre mía, tres grados!! Aquí en pleno invierno tenemos temperaturas más altas. Pero ya da gusto taparse bien por las noches, lo echaba de menos (y eso que yo soy friolera, no como tú).
¡Que disfrutes de todos los meses que quedan hasta el próximo verano! :-)
Sí que los disfrutaré, ya lo estoy haciendo. ¡Ayer pude ponerme una vieja chaqueta de lana de cuello alto, qué ganas tenía! El campo está precioso en esta época del año.
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