Di que no es absurdo que un nuevo día termine así, tan fácilmente, como si nunca hubiera existido. Di que comprendes que el ruido que hacen las cortinas exteriores de la terraza al golpear contra el ventanal es debido al viento, di que sabes que no son las velas de un buque zarpando en la oscuridad. Di que la imagen que te devuelve la noche transformada en un espejo eres tú.
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4 comentarios:
Sin comentarios (para no acostumbrarte al elogio).
¡Cuánta extrañeza puede caber en un solo día! Menos mal que también ellos pasan.
Un abrazo
Somos extraños, Gemma, somos días (noches no, que noches son no ser). Un abrazo.
Te lo agradezco, Nán. Tú sabes que no hay nada más incómodo y difícil de contestar que los elogios.
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