Despierto de la siesta, casi siempre una siesta un poco inquieta, desvelada, y vuelvo a ducharme; después me afeito, me lavo los dientes a conciencia y me aplico desodorante en las axilas y el pecho; luego me visto tranquilamente con el pantalón negro, la camisa negra, los calcetines negros y los zapatos negros; a continuación me pongo bajo el brazo la carpeta con las partituras del concierto convenientemente ordenadas y así, limpio, oliendo a aftershave, el pelo todavía húmedo, salgo a la calle.
sábado, 12 de junio de 2010
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12 comentarios:
Vamos, que vas a cantar hecho un brazo de mar. :-)
Exactamente igual que si me dirigiese a un parto programado (y yo fuese la madre, quiero decir).
:-)
El aseo me da seguridad, es un rito imprescindible antes de bajar las escaleras, abrir la puerta de la calle y sumergirme en el futuro.
lo del desodorante en el pecho me ha llegado: yo nunca he pasado de aplicarlo ebn las axilas: para el pecho un poco de colonia, a lo sumo
espero que el concierto fuera estupendo
Hola, Koldo, el concierto fue muy bien. Hoy tenemos otro (y volveré a repetir el proceso, claro).
Me has recordado a mi padre. Se duchaba dos veces al día, con agua fría. De la de la mañana, no tengo memoria. Pero de la tarde, cuando yo estaba de vacaciones, sí. Llegaba a casa, comía, dormía una siesta, se levantaba, se duchaba y salía del baño oliendo bien, con el traje y la camisa perfectos. Y se iba al trabajo de la tarde.
Me daba una sensación de seguridad.
Hacemos las cosas porque sí. Pero si hay hijos en casa, hay ojos que nos miran y registran.
Hola, Nán,
como decía más arriba, son ritos que nos ayudan a sentirnos bien y en forma. También existe cierta liturgia en el acto de limpiar el cuerpo antes de ofrecerte de alguna manera a los demás, no sé. Presiento además que la limpieza exterior también nos limpia por dentro.
Los ojos que nos miran generan una responsabilidad tan grande que lo mejor es no pensar en ello y actuar y ser sencillamente como somos, incluidos nuestros errores (de los cuales también pueden aprender).
Ah, por cierto, en estas fechas yo también me ducho siempre con agua fría, el agua caliente volverá avanzado el otoño.
Hola,
Recién caigo aquí proveniente del blogde Teresa la de la ventana. Curiosa que es una. ¿De qué era el concierto?
¡¡Como un pincel, vaya!! y qué pena no poderte haber visto, porque, en realidad, al leerte era de eso de lo que daban ganas...
Buen lunes, buena semana para ti y para los que estamos por acá.
Hola, Diva, canto en una coral desde hace muchos años. Es uno de mis mayores placeres, aunque a veces me ponga nervioso antes de salir al escenario -algo que últimamente llevo muchísimo mejor, será la edad. Un saludo y bienvenida a mi blog.
¡Más que como un pincel como una brocha!
:-D
Un beso, Estrella.
Perfecto, da gusto imaginarte.
Un beso
Un beso, Añil.
(Sagrada imaginación, que me oculta)
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