Poco a poco recupero la capacidad de olvidar. Dejar atrás los últimos ataques, volver a creer en un mundo de paz al no recordar con exactitud el sufrimiento. Algo tan viejo como el mundo.
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6 comentarios:
Venga, ánimo, Jesús. Un abrazo.
Gracias, Porto, en ello estamos. Un abrazo.
Qué curación tan triste. Pero qué texto tan bueno. Cuando leo un texto así y no conozco al autor, puedo sentirme exaltado sin necesidad de lamentar lo que al autor (conocido y querido) le pasa. Es más fácil sentirse bien con Becket, o Camus, cuando al autor no le conoces ni te importa.
Un abrazo, Nán.
Lo que no se tira
pesa en la mochila,
y olvidar
es el mejor paso
para andar más libre.
Me alegro mucho
por tí.
Olvidar es terrible, siento esa certeza: es terrible Pero tienes razón, a veces, en determinadas circunstancias, sobre todo cuando se trata de experiencias que generan sufrimiento, también es una bendición, soltar lastre y elevarse, flotar, no hundirse todavía en este río que va a dar en la mar.
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