Después de casi dos meses de baja laboral mañana vuelvo a trabajar en nuestra pequeña agencia comarcal de la Seguridad Social de Barbastro. Mentiría si dijese que no estoy nervioso, que no tengo miedo, pero es un miedo que tengo que enfrentar dejándolo atrás, cada vez más lejano en el espejo retrovisor. Porque el hecho es que me gusta mucho mi oficio, y al decir esto sé lo valioso, casi lo insólito que es, el privilegio que supone; porque necesito volver a sentirme útil para los demás, escuchar, ayudar en lo posible a las personas que se sientan al otro lado de mi mesa, cada una de ellas única e irrepetible en la diminuta historia de este minúsculo mundo que gira alrededor del sol.
lunes, 25 de enero de 2016
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5 comentarios:
Hace poco escuchaba a alguien hablar de lo importante que es para nosotros el impulso de contribuir. Encontrar un equilibrio entre respetar con amabilidad y realismo nuestras limitaciones, y la aspiración, el deseo de contribuir, es todo un arte. No creas que he llegado a un equilibrio. Unas veces me paso, hago más de lo que realmente puedo hacer sin dañarme, y otras veces quizás me protejo un poco más de la cuenta. Pienso que se puede encontrar la manera de contribuir con algo hermoso, sin dejarnos la salud por el camino. Pero en su día no supe hacerlo, y el cuerpo dijo basta.
Seguimos aprendiendo, amigo. Se me ocurre decirte que no des el 100%, que te reserves un poquito de energía para ti, que también la necesitas, igual que los que se sientan delante de ti en el trabajo. Seguirá siendo un trabajo de gran calidad humana y profesional, estoy segura de ello.
Un beso
Mucha suerte, Jesús.
Querida Elvira, querido Porto, todo ha ido bien, un paseo por la cuerda floja entre el equilibrio que menciona Elvira y una supervivencia que no afecte al mejor desempeño posible de mi profesión. He vuelto a casa contento. Unos treinta cerebros se han expresado delante de mí. Me ha encantado volver a sentir ese contacto, ese conocimiento. Besos a los dos.
¡Me alegro mucho! :)
Y yo.
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