Dos hombres y un perro se han acercado a un coche. La calle estaba desierta. Han abierto el maletero y han comenzado a sacar objetos y cajas que introducían en grandes bolsas reciclables de las que se venden en las superficies comerciales. Yo observaba silenciosamente desde arriba, intrigado. Eran las dos de la madrugada. Por un momento he sentido miedo de que alzaran la vista y me sorprendieran allí, testigo de algo que no debería estar viendo. Luego, cargados con las bolsas y seguidos por el perro, han desaparecido de mi campo de visión hacia la derecha, riendo.
miércoles, 6 de enero de 2016
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4 comentarios:
Esta entrada me parece magnífica, Jesús, me gustó ya mucho ayer.
Un abrazo
Como les he tenido que explicar este año a Paula y Carlos, el día de Reyes es muy ilusionante aunque seamos nosotros. La ilusión la ponemos nosotros, y es genial.
Un abrazo.
Muchas gracias, José Luis, un abrazo.
En mi casa no celebramos ni Navidad ni Reyes. Bueno, gastronómicamente sí porque vamos turnándonos en la cocina entre las familias y, sobre todo, porque a mis padres les hace mucha ilusión. Todo mi respeto y cariño a quienes lo vivís con tanta ilusión.
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