Llueve sin parar desde ayer o, lo que es lo mismo, llueve desde hace miles de años. Todo el mundo lo sabe: amo, adoro la lluvia, aunque me gustaba más antes, cuando no tenía efectos secundarios en mi química cerebral.
Por fin ha nevado en el Pirineo y todo el mundo está contento. Yo también. Conozco a muchas personas que, como lo agricultores, dependen de la nieve para sobrevivir en primavera.
Yo vuelvo a escribir o, lo que es lo mismo, poso mi mano en la pared de la cueva y escupo sobre ella para dejar alguna huella de este tiempo remoto.
lunes, 4 de enero de 2016
Tiempos remotos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Y escupes bien. ;)
Yo llevo 4 días sin mi paseo diario, un trancazo me lo ha impedido. A lo máximo que llego es al supermercado, a comprar víveres para mi cueva.
Un beso
Víveres y una cueva es lo que le bastó a Robinson Crusoe... Cuídate mucho y pronto podrás volver a explorar tu isla. Un beso.
Que vuelvas a escribir es valioso para todos, creo, y da la razón al refrán ese de que no hay mal que cien años dure. Un abrazo.
Buen año nuevo, querido José Luis. Un abrazo.
Y yo también me alegro.
Publicar un comentario