El nivel del río frente a mi casa descendió y ahora se precipita sin prisa hacia el futuro que nos espera a todos. El tiempo cruzó la frontera artificial que separa un día del siguiente y yo permanezco aquí, respirando y escribiendo. En realidad nada significa especialmente nada. Venimos y nos vamos, no hace falta ningún poeta que nos lo recuerde con bonitas palabras. Y a la vez sí, tanto.
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3 comentarios:
Pues sí que hace falta, y mucho, conforme cumplo años más. Una vez que estamos de acuerdo en que la vida, muchas veces, hablando en general, no tiene sentido, el siguiente paso en cómo mejorarla, la nuestra y la de los demás. La poesía trata también de eso, lo sabes mejor que yo, estoy seguro.
Un abrazo
Pues sí.
Me encanta el comentario de J.L. De eso se trata, ¿no?
Abrazos.
Así es: de eso se trata, pero ya me conocéis: a veces soy como una montaña rusa...
Abrazos.
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