viernes, 27 de octubre de 2017

Amarga Catalunya

He sufrido mucho con los acontecimientos de Cataluña. En este diario he dejado huellas recientes de todo ello.  He sufrido mucho.

Pero hoy, sin ninguna pena general aunque sí algunas personales, he decidido dejar de sufrir, he decidido dejar de sentir angustia y ansiedad por el futuro de un país al que amaba pero no así, tan ausente de la realidad, tan ajeno a las terribles consecuencias de las decisiones de la mitad que ahora mismo le empuja al precipicio.

Para mí, a partir de hoy, todo este tremendo conflicto es asunto suyo, de mis amigas y amigos: de Carlus, de Carme, de Elvira, de Silvia, de todos los que, viviendo allí, pueden hacer algo, no como yo, que vivo en Aragón y no puedo hacer nada salvo sufrir hasta la decisión que he tomado esta noche: dejar de sufrir.

Qué descanso mental ha sido. Qué línea invisible entre que me importase mucho y dejase de hacerlo. Mis amigas y amigos catalanes saben dónde estoy, saben que pueden contar conmigo, pero yo ya no estoy allí, no quiero estar allí. Esta noche dormiré a pierna suelta.

13 comentarios:

Beauséant dijo...

Sé que no debería, pero llevo un par de semanas que me lo tomo todo en clave de humor. Es como una película de Berlanga... Lo reconozco, ayer me pareció todo hilarante. Si fuese una serie de televisión habrían despedido a los guionistas por exagerados...

Elvira dijo...

Te entiendo, amigo. Yo hago lo que modestamente puedo, pero no es gran cosa. ¡Qué tristeza! A ver si puedo volver a dormir a pierna suelta...

Un beso

andandos dijo...

Como sabes, Jesús, por las mañanas estoy en Aragón y por las tardes en Cataluña. Ya no sé qué decir, todo es muy triste acabe como acabe. Vivir aquí, en la zona limítrofe con Cataluña, con muchísimas relaciones de todo tipo allí es un sube y baja emocional continuo. Está siendo, también, un aprendizaje político de primera categoría, y humano, debo añadir y sobre todo. Hace apenas dos meses hubo un atentado tremendo en Barcelona y los acontecimientos se han acelerado muchísimo. Sólo dos meses, que es casi increíble para mi percepción del tiempo a mi edad.

No parece haber una solución al problema catalán satisfactoria para todos. Mientras se encuentra esa solución creo que se debe practicar, en serio como no lo había hecho nunca antes, la tolerancia con los que no piensan como yo. Pero no es fácil. Hay que poner por delante el cariño, la afectividad personal, de las ideas. Te aseguro que me cuesta.

Al final la patria de algunos como yo es la música, sea la común o cualquier otra. De todas las artes seguramente la música es la menos aferrada a la tierra, la más universal. Sibelius me puede ser cercano, como Bach (he oído lo de Rondeau que enlazaste) o Pink Floyd o Miles Davis o Granados:la música parece tratar de temas que tienen poco que ver con su origen geográfico. Es verdad que simplifico un poco, pero ya me entiendes.

En fin, que debería hacer como tú, pero por las tardes me es imposible.

Un abrazo

andandos dijo...

Olvido algo importante: ha llegado el frío, o al menos la niebla. No he pasado tanto calor nunca como este verano, quizás porque fuimos a Almería por razones familiares en vez de, como otras veces, al norte de España. En fin, que por fin me voy a poner la chaqueta, tan deseada.

Un fuerte abrazo a la espera de poder hablar personalmente.

José Luis

arponauta dijo...

yo paso olímpicamente de eso y de todo lo demás. hace años que no leo periódicos, ni veo telediarios. sigo indignándome cada día pero es menos tóxico que estar "informada".

Jesús Miramón dijo...

Beauséant, es un drama, créeme. Lo conozco de cerca. Es una tragedia. ¿Que es una tragedia adolescente que miles y miles de adultos han alimentado? Sí. ¿Que es absurdo que personas informadas y leídas hayan caído en un fanatismo que convierte lo irreal en real y las mentiras en verdad? También. Hoy las calles estaban llenas de personas creyentes, como sucede con la religión (lo más parecido al nacionalismo que existe). Cuando llegue la verdad con todo su peso sentiré lo mismo de hoy: una profunda tristeza.

Jesús Miramón dijo...

Ay, Elvira, un beso. I bona nit. Que duermas bien a pesar de la barbaridad que ha sucedido hoy. Piensa que al final somos personas, individuos, y nuestras aspiraciones, frustraciones nuestro presente. Ojalá puedas dormir a pierna suelta a pesar de todo. Otro beso.

Jesús Miramón dijo...

Querido José Luis, tenemos tanto que hablar desde la última vez. Las cosas que nos cuentas confirman lo que está pasando en Cataluña.

Yo, para preservar el cariño y el respeto hacia quienes no piensan como yo, me he alejado del conflicto. Tú no puedes porque cada tarde trabajas allí, pero conociendo tu talante dudo mucho de que tu bonhomía no pueda con todo, incluso contra el fanatismo.

Y sí, ha llegado el fresco (no la niebla, tan característica de Binéfar y que siempre echaré de menos).

Un abrazo fortísimo. Parlarem.

Jesús Miramón dijo...

Arponauta, lo que tú has logrado lo he intentado mil veces pero no he podido. Soy adicto a la información a pesar del daño a mi salud que ello me causa. De verdad que lo he intentado pero no hay manera. Estoy informado, intoxicado, me pincho en vena las cosas que pasan mientras pienso que no debería hacerlo. Tengo un problema, iba a decir, pero debo decir: tengo otro problema.

Epolenep dijo...

Jesús, yo estoy un poco como arponauta... aunque estos días me estoy atreviendo a hablar, a no callar cuando recibo whatsapps llenos de banderas, a decir que esto a mi lo que me da es pena y asombro, cómo somos, qué rápido nos descivilizamos...
Recuerdo a mi profe de historia de 2o de BUP, un gran maestro, diciéndonos lo maravillosa que era Yugoslavia con toda su diversidad civilizada...un año después pasó lo que pasó. Y no aprendemos. Buscando siempre los extremos, las diferencias. Yo vivo retirada de las noticias, sé que en el mundo no somos nada y todo pasa, a este centro me aferro, pero ya veremos. Somos muchos los asombrados, los asustados...y habrá más. Besos, no sufras, recupera a Epicteto.

Jesús Miramón dijo...

Me dais envidia, de verdad. Yo, a pesar de lo que escribí en este mismo texto, pasé mucha ansiedad ayer. Hoy menos. Hemos caminado por el campo, hemos hecho un vermut, hemos comido cocido con su sopa, sus garbanzos, sus verduras y sus carnes, en fin... Lo que dices, en el mundo no somos nada y todo pasa, es algo que de lo he sido consciente desde muy joven y, sin embargo, todo me preocupa tal vez porque todo me interesa sin demasiado orden, sin demasiado concierto. Y, además, porque me siento muy vinculado sentimentalmente a Cataluña, escribiese lo que escribiese el otro día.

Tienes razón, recuperaré a Epicteto. He descubierto esta frase de él:

«Para alcanzar la libertad sólo hay un camino: el desprecio de las cosas que no dependen de nosotros»

Un beso.

NáN dijo...

Me uno al grupo de los "entristecidos". Espero no perder ningún amigo, pero soy incapaz de entender la irracionalidad que lleva a la estupidez de dar importancia a dónde eres y cuál es su bandera.

Jesús Miramón dijo...

En mi opinión, querido Nán, ser de izquierdas (o progresista o humanista) y nacionalista es un oxímoron. En Cataluña, en Euskadi, en Aragón, en España o en Rusia. Por no hablar de las tragedias incalculables que el nacionalismo causó en el siglo pasado.

Un abrazo.