Recientemente han llegado a nuestras manos algunas fotografías que nunca habíamos visto. En dos de ellas aparecéis vosotros hace exactamente hoy cincuenta años: en una estás tú, mamá, dirigiéndote hacia la iglesia del brazo del tío Felipe, y en la otra estás tú, papá, caminando en la misma dirección junto a la tía Elena. Qué jóvenes y guapos estáis, qué jóvenes e independientes, únicos, insólitos, tan anteriores a nosotros y nuestras familias, nuestros hijos, vuestros nietos; en esas imágenes sólo sois dos jóvenes en medio de la inmensidad del mundo caminando hacia vuestro futuro, hacia este momento. Qué misterio maravilloso es la vida, qué río imparable, qué aventura.
Queridos papá y mamá, pensaba que no sabría cómo expresar lo que sentimos por vosotros pero creo que sí que sé: lo que sentimos por vosotros es orgullo, respeto, ejemplo, admiración, ternura, agradecimiento y, sobre todo, lo que tanto nos habéis enseñado: amor, amor, amor.
Ah, por cierto, hacéis tan buena pareja hoy como hace cincuenta años, aquel día en el que comenzó un viaje que continúa, un viaje que ya nunca se detendrá.
Susana, Carlos, Javier y Jesús Miramón Arcos
25 de agosto de 2012

