sábado, 19 de mayo de 2018

Pianos desafinados y rocas lunares

Cuando por la mañana fuimos a pasear junto al canal éste bajaba hasta arriba de agua. En las lindes de la estrecha carretera las diminutas flores amarillas parecían flotar sobre el suelo.

Hoy nuestro camino habitualmente solitario estaba muy concurrido: nos hemos cruzado con una familia con niños en bicicleta, con otra con dos perros muy alegres, uno de ellos un poco asustadizo, y con dos o tres ciclistas solitarios más.

Desde la copa de una encina, con gran ruido de alas batiendo el aire, huyeron dos palomas torcaces. Vimos el primer abejaruco de la temporada, y también dos pequeñas lagartijas que huyeron a nuestro paso.

Por la tarde, mientras dormía la siesta, se desató una tormenta con granizo que me despertó. Me acosté en el otro lugar, me asomé a la ventana de éste y disfruté de las vistas desde mi refugio seguro, asombrado y a salvo. El cielo se desmoronaba como si dejase caer, no sé, excavadoras gigantes, pianos desafinados, rocas lunares.

viernes, 18 de mayo de 2018

Llegamos a casa de noche

Arribem a casa de nit,
la lluna groga i plena i grossa
alçant-se
entre núvols negres.
Tristos dies
d'esllavissada i neguit,
el món trencant-se
per l'orgull i la supèrbia
i el fum d'il·lusionistes.
Vinc invocant
la indifèrencia de les vaques
i una alegría infantil,
que se m'escapa,
de ser viva i prou.

A mi m'importa
el benestar i la pau,
la meva pàtria es allà
on oneja la bandera blanca.

6.10.17

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Llegamos a casa de noche,
la luna amarilla y llena y grande
alzándose
entre nubes negras.
Tristes días
de desmoronamiento y angustia,
el mundo rompiéndose
por culpa del orgullo y la soberbia
y el humo de los ilusionistas.
Vengo invocando
la indiferencia de las vacas
y una alegría infantil,
que se me escapa,
de estar viva y nada más.

A mí me importa
el bienestar y la paz,
mi patria reside
donde ondea la bandera blanca.

6/10/2017

Silvia Castelló Masip

Quadern de la bauma (inédito)

(Más poemas de Silvia)

martes, 15 de mayo de 2018

Tanatorio

Hacerse mayor es saber que acudir a un tanatorio a abrazar a alguien a quien quieres es muy importante. Sentir su tristeza contra tu pecho y, a la vez, el efecto de tu modesto consuelo a través de la ropa, la piel, el cariño. Es una experiencia única. Amistad o, lo que es lo mismo: amor.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Riendas

Esta noche voy a irme a la cama temprano, justo cuando termine de escribir este testimonio no solicitado.

Estoy muy cansado y necesito dormir. A veces, como hoy, siento que transporto el mundo entero sobre mis espaldas. Otras veces, ojalá mañana, siento que cabalgo sobre él con las riendas en mi mano izquierda como aprendí hace tantos años en Tudela.

Me acostaré, cerraré los ojos y quién sabe lo que me espera al otro lado, a dónde iré, de dónde volveré. Todo es posible.

martes, 8 de mayo de 2018

Rodadas

Son más de las doce. Me dispongo a acostarme sabiendo acaso un poco menos que ayer. Comienzo a desistir de mis lejanos objetivos juveniles, aunque no de los caminos: me gustan mucho los caminos del campo, sobre todo después de la lluvia, las rodadas convertidas en charcos pasajeros reflejando nubes navegando a kilómetros de altura, más cerca del espacio que de mi corazón.

viernes, 4 de mayo de 2018

Nuevas cordilleras en el horizonte

A estas alturas debería saber algo. Comprender alguna cosa. He consumido millones de horas de mi vida en intentar alcanzar siquiera, no sé, algún atisbo de ese objetivo. Escribiendo, leyendo, cantando. Pero me siento igual que al principio, allí, tan lejos, cuando entre los doce y trece años comencé a hacerme preguntas.

Mientras tanto ha ido pasando el tiempo. Logré, no sé de qué modo, que una mujer mil veces más inteligente que yo se enamorase de mí y con ella fundé una familia. Una hija. Un hijo.

Me gusta mucho mi trabajo. Cada día conozco a seres humanos nuevos con su pasado, sus expectativas, su carácter, su belleza, sus traumas. Es un trabajo que me apasiona a pesar de que algunos días me destruya un poco por dentro. Más o menos he aprendido a convivir con ese precio por hacer algo que me fascina.

Lo que no entiendo es que a estas alturas, a punto de cumplir cincuenta y cinco años, todavía no comprenda gran cosa de toda esta pequeña aventura, este parpadeo nuestro, tuyo y mío, en la historia del mundo. Hubo un momento, cuando era apenas un niño haciéndose mayor, en el que creí que leyendo y estudiando y explorando encontraría respuestas. No sabía que la exploración no ofrece respuestas sino nuevas cordilleras en el horizonte, nuevos ríos, valles, planetas; nuevas preguntas.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Como si supiera

Esta mañana temprano la temperatura era de siete grados en Barbastro. Mis compañeras de trabajo han dicho que hacía frío y yo les he contestado lo siguiente: "cada día de frío es un día robado al infierno que vendrá".

Que vendrá, he dicho, como si supiera algo.

martes, 1 de mayo de 2018

Para mí el amor es eso

Dos días de sol con altos, inmensos y lejanos cumulonimbos en el intenso cielo azul que mi hija echa tanto de menos en Bergen.

Paseando esta mañana junto al canal he pensado y comentado en voz alta que los primeros humanos que vivan en Marte echarán terriblemente de menos -yo lo haría- todo lo que vemos y oímos en cada uno de nuestros paseos cotidianos: el cielo azul, los distintos tipos de nubes, el color verde, el canto de los pajaricos entre los árboles, las pequeñas flores silvestres que aparecen en primavera, las amapolas, los lirios silvestres, el romero, el tomillo.

A ratos caminábamos a buen paso sin decir nada, cada uno de los dos inmersos en nuestros propios pensamientos.

Para mí el amor es eso.

domingo, 29 de abril de 2018

Un mal día

Un día malo. La tormenta me despertó de madrugada, dormí mal, volví a dormir pero ya soñaba sólo pesadillas de corta duración. A las seis y media, cuando volví a despertarme, llovía. Comprendí la famosa expresión: "estoy como el día". A lo largo de la jornada he repuntado en momentos precisos -al pasear por el campo bajo el paraguas junto a Maite, al cocinar, al conducir el coche- pero la conclusión final es la siguiente: hoy ha sido un domingo de mierda. Y me da pena porque sé que era el último de abril del año dos mil dieciocho, y eso no es algo que pase todos los días. Pero por mucho que lo he intentado no he conseguido despegar. Ahora voy a leer en la cama un libro que me dejó una amiga sobre las pinturas rupestres y espero que el sueño venga rápido a sellar mis ojos como se sellan los ojos de los muertos, con esa piedad.

jueves, 26 de abril de 2018

Líneas de comunicación

Mis dos hijos cuentan con dos líneas de comunicación: su madre, que es puro sentido común, tranquilidad, paz, rechazo al conflicto y, en fin, inteligencia; y por otra parte su padre, es decir, yo, que soy impulsivo, alguien incapaz de calibrar las consecuencias de sus decisiones en el instante de decidirlas, alguien compulsivo y, en fin, todo lo contrario de su madre.

Por eso, en situaciones difíciles, le llaman a ella. Son tan listos. Me siento orgulloso.