sábado, 3 de noviembre de 2007

Aprendizajes

Leo que Rafael Sánchez Ferlosio, en una entrevista publicada hace unos meses, hizo la siguiente reflexión: "Nunca se convence a nadie de nada". Sabias y sencillas palabras. A mí me costó mucho llegar a ese lugar. Yo era de los que se debatían como fieras en defensa de sus ideas ¡pretendiendo convencer al contrario! Cuántas discusiones, cuánta energía, cuántos malos ratos he sufrido y causado sin ninguna utilidad... Porque es cierto: nunca se convence a nadie de nada. Ni siquiera las sentencias judiciales lo hacen. Todo esfuerzo en transmitir nuestra verdad a quien ya posee la suya es baldío, no merece la pena. Pero he aprendido. Ya no discuto de política, aunque para ello haya tenido que alejarme de liberales ensoberbecidos, casi patéticos en su pompa (la nariz alta, la circunspecta mueca siempre dispuesta en las cejas y la comisura de la boca, el oxímoron de su razón siempre dispuesto para ser detonado sin escrúpulos). No, ya no discuto de política. Nunca se convence a nadie de nada, es una tarea inútil. Tengo mis ideas, cómo no, pero se limitan a ir conmigo a donde yo voy. Me acompañan durante la exploración. Actúo en mi vida diaria de acuerdo a ellas -lo que hago con los desperdicios, el papel que ocupo en las tareas de nuestra casa, las películas que disfruto, los libros que compro, la manera en que me expreso, etcétera- pero nada más, ya no peleo como un loco, ya no intento convencer a nadie. Con toda probabilidad sólo viviré una vez. Es bueno aprender a no perder el tiempo.

10 comentarios:

Miranda dijo...

Yo he de confesar que a lo largo de este tiempo he cambiado.
Antes estaba convencida de que con inteligencia y educación se podía hablar de todo con todo el mundo.
Ahora sé que no.
El desprecio infinito no sólo a las ideas, a las evidencias, por más que machaconamente las vayas poniendo sobre la mesa, se mezcla con una incomensurable capacidad de mentir, es decir, el nucleo de su existencia es la mentira, así que si no dominas esas armas estás apañado.

He cambiado, con un esforzado apredizaje, y ahora sé que no es cuestión de ideas, de opiniones o de conversación, es sencillamente una manera de vivir.

Agua y aceite.

Ah! y memoria, hay que fomentar la memoria, recordarlo todo, insistir, de lo contrario en un descuido te suplantan a ti mismo, una especie de abducción, con en los ladrones de cuerpos...
De miedo...

Beso.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Miranda. Yo confieso que al principio sentí pena. Ahora es alivio. Un beso.

Luis Rivera dijo...

Alivio, si, Jesús, un enorme alivio. Pienso en Machado: "converso con el hombre que siempre me acompaña"

Jesús Miramón dijo...

Machado... Yo he estado ante su tumba en el pequeño cementerio de Colliure. Había cartas y postales de toda España. Me emocioné mucho.

Un abrazo, Luis.

Luis Rivera dijo...

Jesús: estuve en Colliure el año 76. Eran tiempos de política y allí fuimos varios compañeros de aquel PSUC de jóvenes inquietos, compañeros de viaje de la acción que creíamos necesaria. Y en aquella visita dejé una postal escrita en la que repetía aquel verso de Miguel Hernández que es tan hermoso: "compañero del alma, compañero"

Portarosa dijo...

Lo de oxímoron lo usan mucho, en sus blogs. Todo el tiempo, no sé por qué.

A mí todavía me da rabia, se ve que aún no he aprendido.

Un abrazo a todos.

Jesús Miramón dijo...

Tengo la impresión de que se creen muy listos (y nos toman a los demás por analfabetos, en el mejor de los casos).

Portarosa dijo...

A mí lo de los llamados liberales me parecería cojonudo... si el mundo fuese, todo él, como el círculo en el que parecen moverse ellos, todo gente sobradamente preparada, con posibles, meritorios, cultos y emprendedores, libres y con capacidad de decisión y tranquilidad a sus espaldas. Nunca he conocido a ninguno de clase humilde, o sin estudios; a lo mejor ha sido casualidad.

Arcadi me parece un buen ejemplo: razonamientos impecables en la mayoría de los casos, pero hechos desde una posición excepcional (y elitista). No lo leo tanto como para asegurar nada sobre sus ideas, pero no puedo evitar relacionarlo con una especie de política de salón.

Y tiene taaaantos imitadores en la red...

Bueno, usted perdone, que se supone que no íbamos a intentar convencer a nadie.
Un abrazo.

Sir Alsen Bert dijo...

Yo tampoco hablo ya de política. Es como vaciar todo el agua de mar en algún recipiente finito, en alguna cabeza con límite.
Encantado de leerte. Me gusto el post.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Alsen, encantado y bienvenido.