Leo que en Tossa de Mar, una bonita localidad de la Costa Brava, un padre y su hijo de cinco años han muerto ahogados. La secuencia es la siguiente: una familia británica de vacaciones pasea por la playa, llegan a la altura de un mirador, el padre decide hacer una fotografía a sus hijos de siete y cinco años delante del mar, y de repente llega una gran ola que se los lleva; el padre, desesperado, se lanza a salvarlos y logra rescatar al mayor, pero cuando vuelve al agua para intentar salvar al pequeño muere con él.
Recuerdo que cuando C. nació tuve un sueño terrible: soñé que resbalaba entre mis brazos asomado a una ventana o un balcón, y se estrellaba inevitablemente contra el suelo. Estuve traumatizado durante varios días.
No hay mayor pesadilla para unos padres que lo que hoy le ha sucedido a esta familia inglesa. Me dan mucha pena los supervivientes: la madre paralizada por el terror, el hijo mayor salvado in extremis. Lo absurdo de lo sucedido. La irremediable desgracia. Sólo querían hacerse una fotografía.
jueves, 22 de noviembre de 2007
Desgracia
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3 comentarios:
Es un horror, un dolor, inimaginables.
Y que así sigan...
Casualmente en ese mismo lugar, en Tossa de Mar, hace unos cuantos años asistí a otro accidente. Un adolescente extranjero, un turista, se cayó a las rocas desde la muralla del castillo cuando jugaba encaramado en ella. Tuvieron que ir a buscarlo con una lancha, nosotros vimos el revuelo. Supongo que fue una imprudencia del joven, pero también es cierto que uno nunca sabe lo que le espera a la vuelta de la esquina.
Nunca. Ni a ti ni (lo que es peor) a los tuyos.
Un abrazo.
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