jueves, 22 de noviembre de 2007

Desgracia

Leo que en Tossa de Mar, una bonita localidad de la Costa Brava, un padre y su hijo de cinco años han muerto ahogados. La secuencia es la siguiente: una familia británica de vacaciones pasea por la playa, llegan a la altura de un mirador, el padre decide hacer una fotografía a sus hijos de siete y cinco años delante del mar, y de repente llega una gran ola que se los lleva; el padre, desesperado, se lanza a salvarlos y logra rescatar al mayor, pero cuando vuelve al agua para intentar salvar al pequeño muere con él.

Recuerdo que cuando C. nació tuve un sueño terrible: soñé que resbalaba entre mis brazos asomado a una ventana o un balcón, y se estrellaba inevitablemente contra el suelo. Estuve traumatizado durante varios días.

No hay mayor pesadilla para unos padres que lo que hoy le ha sucedido a esta familia inglesa. Me dan mucha pena los supervivientes: la madre paralizada por el terror, el hijo mayor salvado in extremis. Lo absurdo de lo sucedido. La irremediable desgracia. Sólo querían hacerse una fotografía.

3 comentarios:

Portarosa dijo...

Es un horror, un dolor, inimaginables.
Y que así sigan...

Jesús Miramón dijo...

Casualmente en ese mismo lugar, en Tossa de Mar, hace unos cuantos años asistí a otro accidente. Un adolescente extranjero, un turista, se cayó a las rocas desde la muralla del castillo cuando jugaba encaramado en ella. Tuvieron que ir a buscarlo con una lancha, nosotros vimos el revuelo. Supongo que fue una imprudencia del joven, pero también es cierto que uno nunca sabe lo que le espera a la vuelta de la esquina.

Portarosa dijo...

Nunca. Ni a ti ni (lo que es peor) a los tuyos.

Un abrazo.