Después del ensayo dos amigas y yo nos dirigimos a la pizzería Di Marco a tomar una copa (el Chanti está cerrado por vacaciones). Hablamos del coro, de música, hablamos de nuestros trabajos, de nuestras vidas. Cuando salimos a la calle hace un frío seco y cristalino. Mientras regreso a casa el termómetro del coche señala cuatro grados bajo cero.
sábado, 17 de noviembre de 2007
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5 comentarios:
Foto nueva, o al menos para mí lo es, la del mar. Me tiene pinta de Cantábrico; ¿es así?
Me parece preciosa, Jesús. A mí ese gris medio añil me encanta.
Un abrazo.
(¡Mira que estar cerrado el Chanty! ¡Ya no hay seriedad!)
Listo, ya he ido a las cabeceras y lo he visto, Jesús.
Buen fin de semana, frío.
Buen fin de semana, Portorosa. Hace mucho frío pero luce el sol. Me encanta este tiempo.
Un abrazo.
(Y tienes razón, lo del Chanty no tiene perdón de dios, hombre... )
Al ir esta mañana al invernadero he visto la temperatura exterior, -7, y a través del cristal, los geranios se veían rebosantes de color y alegria, detrás del empañado interior del habitáculo. Y me he dicho lo mismo: ¡como me gusta este tiempo!
Es que el frío, cuando es transparente, tiene la cualidad de desinfectar la luz y despertar la verdadera presencia de las cosas.
Un abrazo.
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