Ha cesado la lluvia y los pájaros han empezado a trinar como locos con su habitual alegría. A miles de kilómetros de aquí, en Nepal, el cuerpo de un montañero español cuelga para siempre de la helada pared sur del Annapurna (gloria eterna al alpinista suizo Ueli Steck, quien jugándose la vida acudió en su socorro e intentó ayudarle hasta el final). Más al norte, bajo los escombros de ciudades enteras, yacen miles de muertos, y, entre ellos, miles de niños en un país de niños únicos (futuros violinistas únicos, albañiles, agricultores, poetas, enfermeras, camareros, besadores, abrazadores, apicultores únicos).
Ha cesado la lluvia. El sol se asoma, el sol se esconde. Contemplo cómo poco a poco se seca el suelo de la terraza. Las nubes navegan sobre mi casa, ajenas a la existencia de mi especie. Lo sé: todo esto es muy extraño. Nuestro mundo y sus lejanas fronteras. Lo sé.
viernes, 23 de mayo de 2008
Lejanas fronteras
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2 comentarios:
Ya sabía que eres muy especial. La visita a tu blog no ha hecho más que confirmarlo. Da gusto leer todo lo que escribes.Sigue escribiendo, o meditando por escrito.
Espero que me devuelvas la "visita" a mi modesto blog y, cuando vengas a donde tu ya sabes, ya pasarás a verme.
Un fuerte abrazo de Martín.
http://artramin.blogspot.com/
¡Anda, vaya sorpresa, Martín! Me alegro mucho de verte por aquí. Un abrazo.
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