lunes, 13 de abril de 2009

Granizada

El sábado por la tarde fuimos a la sierra de San Quílez con mi hermano Carlos y su familia. Apenas habíamos iniciado el paseo cuando se puso a llover. Regresamos a los coches justo a tiempo, pues al cabo de pocos minutos comenzó a granizar tan violentamente que decidimos refugiarnos bajo un puente de la carretera. Mis pequeñas sobrinas asistieron, entre asustadas y entusiasmadas (como los adultos), al espectáculo de la naturaleza. Después la tormenta, con el mismo estrépito con el que había llegado, se trasladó a otro lugar.


3 comentarios:

Paralelo 49 dijo...

Me encanta ver una mano abierta, expuesta, mostrándote sus líneas como si fuera un mapa. La palma de la mano... que a veces guarda un secreto, un corazón, el granizo que se convertirá en agua antes de caer de nuevo a la tierra; una gota de mercurio, o tal vez... todo lo que soñaste sin darte cuenta... como en Innisfree

Jesús Miramón dijo...

Todo lo que soñé sin darme cuenta, es cierto. ¿Innisfree? El próximo sábado parto hacia Dublín, y desde allí a Innisfree al fin.

(Bienvenida a las cinco estaciones)

Paralelo 49 dijo...

Entonces, espero que comiences por el principio; que sea un día radiante. Ya sabes que el tren llegará a Casteltown con tres horas de retraso, como de costumbre...

(Gracias, Buen viaje)