Es verdad que nieva en Barbastro desde hace algunas horas pero son copos muy muy livianos, a medio camino entre la lluvia y el aguanieve. Y además es de noche y no me apetece salir a girar sobre mí mismo en medio de la calle con los brazos extendidos, los ojos cerrados y una sonrisa en la boca, sintiendo tantos besos helados sobre mi rostro derritiéndose al instante. Me iré a dormir y lo primero que haré mañana por la mañana será mirar por la ventana.
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