Diciembre comienza a precipitarse,
no sé si empujado por el sólido peso
de once meses ya sin secretos
o atraído por el continente desconocido
de un nuevo año del mundo.
Sólo una cosa sé con certeza:
caminamos a través
de lugares misteriosos.
sábado, 22 de diciembre de 2007
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10 comentarios:
Felices días, Jesús, con todos los tuyos. Es verdad, "once meses ya sin secretos"...
Gracias, Luis, igualmente para ti: feliz navidad (con un poco de nieve, si es posible). Un abrazo.
Feliz navidad a todos los lectores de estas estaciones, y gracias.
Un abrazo Jesuso.
Y para todos los tuyos otro enorme.
Cuidado con la carretera.
Beso.
M.
Hola, María, ahora mismo acabamos de regresar de Zaragoza, y ya que mencionas la carretera: durante todo el trayecto he tenido niebla cerrada. Pero lo hemos pasado bien, y hemos cenado y comido exquisitamente con mis padres en casa de mi hermano. Un beso.
Qué bueno, caramba. Qué bueno.
Y feliz año también (tengo entendido que los buenos deseos no caducan aunque lleguen con retraso).
Un abrazo.
Feliz año, Juan, feliz año. Un abrazo.
Soy luna y soy aquí me quedaré, jaja
Me gusta firmar como luna.
Espero no te haya molestado lo de feo, era una broma
Un abrazo
En absoluto, ¿cómo habría de molestarme? Un beso.
Ah, y feliz navidad.
:-)
Gracias, igualmente.
ASe me escapó el Aquí, cuando pude lo de las sacas de experienca. Por eso te lo aclaro.
Me gusta opinar en los blog sin necesidad de correspondencia.
Me gusta escribir de la misma manera.
Ahora, aprovecho la ocasión para decirte algo, jaja.
Si un día te apetece, vete a junio día 25, puede que te sorprendas o no.
Besos y cuidado con el turrón
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