Estoy nervioso. Lo más fácil sería suponer que se debe a que dentro de unas horas cantaré en la calle (la asociación de comerciantes de la comarca ha contratado a nuestra coral para inaugurar la iluminación navideña), pero intuyo que hay algo más que no acabo de ver claramente. ¿Será la Navidad lo que me pone nervioso? La Navidad me hace pensar en el pasado, en otros tiempos, en otras personas, pero no estoy seguro de que me ponga nervioso. Aunque es verdad que la Navidad es muy dura para quienes perdieron a los suyos. Cruelmente regresan a la memoria épocas de luz y calor, de infancia, de salud, de prósperos (infinitos, irremediables) futuros por delante.
Son las cuatro menos cuarto de la tarde, y la luz que dibuja en la cortina de la terraza la silueta inclinada del tejado es luz de atardecer, casi de crepúsculo. Ahora mismo voy a acostarme, dormiré un rato y cuando me levante me lavaré la cara con agua fría, muy fría, y me iré a cantar.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Infinitos, irremediables
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5 comentarios:
Hemos cantado bien (salvo un pequeño lapsus en el "Dadme albricias", del Cancionero de Upsala) y después hemos tomado chocolate caliente con bizcocho que repartían a la gente. Y después hemos tomado un gin tonic en el Chanti (porque ya han vuelto de vacaciones) charlando de esto y de lo otro. Y después he vuelto a casa, y he preparado dos pizzas caseras: una margarita y después otra de espárragos verdes. Y después y después y después...
JAJAJA!!!
Genial.
Qué bueno que sientas nervios, son imprescindibles.
Venga, ánimo, que ahora empiezan ya las merien y los jolgorios hasta el 6 de enero...
Hay que prepararse...
Ufffff.
Beso.
M.
Los nervios serán imprescindibles pero no me gusta nada sentirlos, la verdad. Ya sabes que a mí lo que me gusta es la tranquilidad, el sosiego... ¡y menudas fechas se avecinan! Pero bueno, como dice un refrán que me gusta mucho: "De aquí allá pajaricos habrá". Un beso.
¡Bien, ha abierto el Chanty!
Me da en la nariz que alguien que yo me sé es la mano que mece el blog de vuestra coral.
Éstas son las primeras navidades de mi vida que no me apetecen. Las preveo bastante tristes, y, a mí, perdido.
Un abrazo.
¿Le da en la nariz? Veo que es usted muy perspicaz, sí, muy perspicaz...
8-P
Un abrazo, doctor Watson.
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