A las seis y media de la mañana, las cinco y media de ayer antes del cambio horario de esta madrugada, he despertado a Carlos para ver juntos la primera carrera del mundial de fórmula uno de este año. Los dos nos hemos alegrado por la victoria de Jenson Button, un piloto a quien muchos daban por acabado, y en cuanto a Fernando Alonso, bueno, para lo mal que le ha ido todo el fin de semana puede darse por contento con su quinto puesto y los cuatro puntos. Tumbados cada uno en nuestro sofá, bien arropados con unas mantas, ni siquiera nos hemos dado cuenta del amanecer de este día (único, irrepetible).
domingo, 29 de marzo de 2009
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3 comentarios:
Y tan único, completamente único; y tan irrepetible, absolutamente irrepetible
Tienes razón
Un saludo y bienvenido, amigoplantas.
Es pasmosa la presencia constante, en ti (o al menos en lo que escribes), de esa certeza del valor del tiempo y su fugacidad, Jesús.
Y muy bonita.
Un abrazo.
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