Despierto mucho más temprano de lo habitual, cuando todavía es noche cerrada en la claraboya sobre la cama. Emerjo de la inconsciencia como el astronauta que ha llegado a su destino tras meses de hibernación. El resto de la tripulación duerme en sus camarotes. En el exterior la luz de la luna llena se difumina y disuelve en una gasa de filamentos de leche.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
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4 comentarios:
Ayer la vi inmensa, preciosa, pero le faltaba una pizquita para ser llena, e imaginé que sería hoy o mañana.
Seguro que yo no vería tan poético mi despertar a esas horas. Precioso texto.
Gracias, Elvira.
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(Tengo que investigar por qué no funciona bien el contador de comentarios... )
Está rarísimo el tema de los comentarios. De pronto no sale uno que acabas de hacer, lo vuelves a escribir, y entonces sale dos veces.
Este astronauta le ha echado un vistazo a la plantilla y las tripas del blog y no ha visto nada extraño. Tal vez sea un problema de blogger, ayer tampoco aparecía computado un quinto comentario de Nán en el post anterior (sí podía leerse al entrar en los comentarios pero en la portada aparecían «4 comentarios») y esta mañana, sin embargo, se había solucionado solo, ya aparecían «5 comentarios», lo cual demuestra que no es un fallo de la nave. Seguiremos adelante y esperaremos a ver qué pasa.
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