Las noticias sobre la crisis económica en Irlanda, una de las últimas víctimas del robo del siglo, me hacen recordar la amabilidad de sus habitantes, la belleza de Connemara, el olor de sus playas invadidas por las algas, las casas abandonadas cubiertas de zarzas y enredaderas.
viernes, 19 de noviembre de 2010
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6 comentarios:
Está uno harto de los bancos y de los banqueros. Todos, en mayor o menor medida, pagamos por lo que han armado.
Y lo peor es que parece que va para largo.
Estamos asistiendo a una estafa, un timo del tocomocho llevado a tales dimensiones que nadie duda del engaño. Países, naciones enteras puestas de rodillas ante las agencias y sistemas financieros para quienes ningún recorte de déficit es suficiente. Algunos están ganando mucho dinero especulando con la ruina de los demás. ¿No habrá nadie que diga basta?
Es una lástima como la belleza de las cosas choca con la ruindad de determinadas personas, siempre las mismas
¿No habrá nadie, aparte de unos pocos, que diga que el Emperador va desnudo y, además, ES FEO Y REPULSIVO?
Me pregunto si nos queda tiempo. Gracias por el link a esa entrada de Escolar.
Hola, Miguel, las doctrinas económicas que nos gobiernan no tienen en cuenta la belleza.
El emperador va desnudo y todos, incluso los más poderosos, se postran ante él. Puede que al comienzo pareciese un chiste, un despropósito absurdo (comprar y vender aire, expectativas, futuro inexistente) , pero ahora reina sobre el mundo entero sin que nadie diga sencillamente: «eso no es verdad».
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