Los reyes magos atravesaron el desierto sobre sus camellos hasta llegar a la orilla del mar. Era de noche y en la arena de la playa no les esperaba nadie: ninguna taza de leche, ninguna galleta, ningún árbol de navidad en kilómetros a la redonda. Sin cambiarse de ropa descabalgaron y caminaron hacia las olas que golpeaban la orilla, adentrándose paso a paso bajo las aguas del mar y así avanzar kilómetro a kilómetro a través de valles y llanuras submarinas pisando sin querer miles de cadáveres de adultos y pequeños, todo ese terrible cementerio.
viernes, 6 de enero de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
El otro día subiendo desde Arén hacia unas bordas que supongo pertenecían al pueblo o a otro pueblo más arriba vi un cementerio muy pequeño, quizás el más pequeño que he visto, así, completo. El mar es el cementerio más grande que existe, seguro.
Un abrazo
Es terrible. Siento vergüenza por mi país y por mi continente. A veces, hipócritamente, me niego a ver más imágenes de tragedias en el Mediterráneo, porque, además de las donaciones económicas, sólo tengo una opción: dejar mi trabajo e ir allí a echar una mano, algo que no puedo permitirme.
No dejo de pensar en los muertos que yacen en el fondo del mar. Muertos anónimos, mujeres, hombres, niños pequeños. Se me rompe el corazón.
Publicar un comentario