Me empeño en tener esperanza. Me empeño en tener esperanza con la misma fuerza que en ser feliz. Uno no tiene esperanza o es feliz porque sí. Debe existir una voluntad, a veces innata y a veces aprendida. Y es una voluntad que debe ser alimentada a diario, como si fuese una mascota. Y hay que sacarla a pasear, darle lo que necesita, acariciarla. La esperanza y la felicidad jamás crecen por su cuenta. Nos necesitan.
jueves, 30 de mayo de 2019
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6 comentarios:
Sí, esas cosas hay que alimentarlas a diario. A veces pienso que en la psique hay algo parecido a la ley de la gravedad, y que si descuidas ciertos temas, se caen al suelo.
Un beso
Se caen, se caen. Siempre hay que estar atentos. Un beso.
si! coincido con esa filosofía de vida si así se puede llamarla... una cuestión de actitud sería que nos hace positivos y nos permite descubrir pequeños momentos de felicidad en la vida diaria... a mi me pasa... saludos!
Nunca debemos dejar de explorar. Pertenecemos a una especie exploradora y cuando dejamos de hacerlo nos quedamos vacíos, perdemos el sentido de nuestra existencia. Todo esto tan y tan y tan raro que es vivir es una isla que debemos explorar, un bosque en el que debemos dejar migas de pan para quienes vengan detrás. Lo que yo hago es eso: dejar migas de pan confiando en que ningún precioso gorrión se las coma.
Un abrazo.
Creo que a veces hay que parar y disfrutar lo explorado. Creo..
Tienes razón. Es lo que hago cuando escribo. Y las horas en las que pienso qué y cómo voy a escribir. Y las posteriores. Hace muchos años leí que la poesía no es un producto, es un fruto. Hay que esperar.
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