miércoles, 22 de abril de 2009

Doce años

Querido hijo mío, mi príncipe, mi tesoro, mi luz, mi afán, me cuesta creer que hoy cumples doce años. ¡Doce años! ¡Pero si ayer, como quien dice, no pesabas nada en mis brazos, cordero contra mi pecho, ojos de cielo! ¿Sabes que cuando supimos que ibas a ser niño tuve miedo? Como lo oyes. Sí, no te rías, yo estaba tan acostumbrado a criar a tu hermana de cinco años, tan acostumbrado a su dulzura de nena pequeña, que me preguntaba si sería capaz de desenvolverme del mismo modo con un varón, con un chico como tú. Qué tontería, ¿verdad? Porque cuando llegaste resultaste ser más cariñoso y dulce que nosotros tres juntos. Quiero que sepas que tus abrazos y tus besos me han salvado muchas veces. Días aciagos se convertían mágicamente en los mejores cuando al salir del colegio venías corriendo hacia mí arrastrando la chaqueta por el suelo. Ahora eres mayor y ya no voy a buscarte. Estoy acostumbrándome a tu lenta deriva, como hice con tu hermana. Lo que no debes olvidar jamás es que te quiero más que a mi vida, y que así será siempre. Feliz cumpleaños.

lunes, 20 de abril de 2009

A veces sueño que

A las cuatro y media de la madrugada desperté en medio de una terrible pesadilla. Fui al lavabo a mear. Bebí agua en el vaso con el que nos enjuagamos la boca después de lavarnos los dientes. Me miré en el espejo. Cabeza de patata. Canas revueltas. Ojos de perro. A veces sueño que mueren personas que amo.

jueves, 16 de abril de 2009

Abril

Me levanto de la cama un poco antes de lo habitual porque Paula se va de excursión a Toulouse y quiero prepararle los bocadillos del almuerzo y la comida del primer día. A pesar de las veces todavía me cuesta no estar inquieto cuando salen de viaje. Supongo que no se puede evitar. Ella, mi preciosa hija adolescente, está entusiasmada, claro. El día ha amanecido nuboso. Qué Abril más fiel a sí mismo, tan lluvioso y variable.

miércoles, 15 de abril de 2009

Acción

La práctica de la música es una verdadera muestra de acción. Cuando alguien canta perturba la superficie del mundo igual que una gota de lluvia lo hace al caer en el agua.

lunes, 13 de abril de 2009

Granizada

El sábado por la tarde fuimos a la sierra de San Quílez con mi hermano Carlos y su familia. Apenas habíamos iniciado el paseo cuando se puso a llover. Regresamos a los coches justo a tiempo, pues al cabo de pocos minutos comenzó a granizar tan violentamente que decidimos refugiarnos bajo un puente de la carretera. Mis pequeñas sobrinas asistieron, entre asustadas y entusiasmadas (como los adultos), al espectáculo de la naturaleza. Después la tormenta, con el mismo estrépito con el que había llegado, se trasladó a otro lugar.


sábado, 11 de abril de 2009

Milímetro

También en la oscuridad de la noche
crece bajo la lluvia,
milímetro a milímetro,
la cebada.

viernes, 10 de abril de 2009

Herencia

Con el estómago lleno caminé por el huerto de mis padres. Aparté a mi paso las ramas de los olivos. Admiré las flores del cerezo, los ajos tiernos, las habas. En la parcela de las acelgas garrafas de plástico vueltas del revés sobre palos verticales hacían el ruido suficiente para espantar a los pájaros, balanceadas por el viento. La tierra blanda se hundía bajo mis pies. Pensé en nuestro legado: no la modesta propiedad sino su decencia, aquella pulcritud casi oriental, la limpieza de sus trazos bajo el cielo.

martes, 31 de marzo de 2009

Último día

Último día de marzo. Cada uno desde el primero quise compartir algo: un plumón de ave, una piedra blanca, caracolas vacías en las que suena el mar. Cosas que encontraba, cosas que tenía. Cada día desde el primero sin saltarme ninguno, esa fue mi intención.

El invierno comienza a hacerse pequeño detrás de nosotros, un suspiro de niebla arrastrado por la corriente mientras Abril ahí viene: lozano, virgen, impertérrito. Qué misterio tan grande es el nuestro.

lunes, 30 de marzo de 2009

Trigésimo día

Hay un zueco azul en el arcén de una curva. Dos picarazas que comen los restos de un animal aplastado huyen dando saltos cuando me acerco a toda velocidad y paso sobre su desayuno. Han aparecido tantas flores amarillas en las laderas, de un día para otro como quien dice, que resultan casi absurdas, irreales como una plaga alienígena. Al final del paisaje brilla la nieve en la lejana cordillera. Ah, cómo me gustaría aparcar en un camino, subir a cualquier loma cercana, relajar los músculos y, como sucede en mis sueños, alzar levemente la mandíbula para elevarme en el aire y volar.

domingo, 29 de marzo de 2009

Vigesimonoveno día

A las seis y media de la mañana, las cinco y media de ayer antes del cambio horario de esta madrugada, he despertado a Carlos para ver juntos la primera carrera del mundial de fórmula uno de este año. Los dos nos hemos alegrado por la victoria de Jenson Button, un piloto a quien muchos daban por acabado, y en cuanto a Fernando Alonso, bueno, para lo mal que le ha ido todo el fin de semana puede darse por contento con su quinto puesto y los cuatro puntos. Tumbados cada uno en nuestro sofá, bien arropados con unas mantas, ni siquiera nos hemos dado cuenta del amanecer de este día (único, irrepetible).