El viento agita violentamente
la cortina exterior de la terraza.
Es basta y rudimentaria,
un apaño que inventé
para que el sol del verano
no convirtiese la buhardilla
en un horno. Ahora
el viento la vapulea contra el cristal
y yo contemplo su ira
sentado ante mi mesa,
libre, gordo y a salvo
de las inclemencias de
la meteorología,
no del tiempo.
Todo es tan absurdo.
Los espejos en primer lugar
y después, si no tienes miedo,
el corazón.
jueves, 5 de enero de 2012
Si no tienes miedo
miércoles, 4 de enero de 2012
Vivo de sueño
Iba a escribir que me muero de sueño pero al momento me he dado cuenta de que sucede justamente lo contrario: vivo de sueño.
domingo, 1 de enero de 2012
lunes, 9 de mayo de 2011
La caravana del candidato
1.
La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. El líder sale del coche de lujo y se dirige a los lavabos, que están en el exterior de la pequeña estación de servicio. De pronto, antes de que pueda ponerse a buen recaudo, el cielo comienza a poblarse de miles de millones de moscas negras.
2.
La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. Ya se meaba al terminar el último mitin, pero tenía tantas ganas de perder de vista el polideportivo de aquel pueblo de mala muerte que incluso metió prisa a los escoltas y demás miembros del equipo para salir pitando de allí. Ahora camina hacia los lavabos, que están en el exterior de la miserable estación de servicio, y repentinamente siente un temblor extraño bajo las suelas de sus zapatos. Antes de que pueda darse cuenta de lo que está pasando unos tentáculos armados de afilados dientes surgen del asfalto y lo devoran comenzando por los pies.
3.
La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. Acompañado de sus escoltas sale del coche y se dirige a los lavabos situados en el exterior del edificio. Como siempre, ellos echan un vistazo al interior de la instalación, confirman que es seguro y le hacen un gesto de autorización. El líder cruza el umbral de la puerta y entra en la zona reservada a los caballeros. El urinario de pared está situado bajo una ventana alta que da a la parte de atrás de la estación. Mientras desahoga su vejiga contempla el desolado paisaje de montes bajos sin apenas vegetación, blancos de yesos y arcillas bajo el cielo más oscuro, y siente miedo.
domingo, 8 de mayo de 2011
sábado, 7 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
Cabritillos
Después de comer estoy tendido en la cama, con el estómago lleno de garbanzos como el del lobo de cabritillos, cuando escucho voces en la calle: ¡Miramón! ¡Miramón! Tras unos segundos de confusión deduzco que es la horda de mi hijo, a quien siempre llaman por su apellido, nunca por su nombre, una costumbre entre los cromañones adolescentes de este territorio. Poco a poco el volumen de los gritos de Carlos y sus amigos disminuye a medida que se alejan en busca de nuevos lugares donde hacer resonar sus voces en pleno proceso de cambio hormonal. Cuando todo vuelve a quedar en silencio cierro los ojos e intento dormir un poco, hoy tengo ensayo con la coral y necesito estar descansado. Mientras me deslizo suavemente en el agujero de gusano el lobo continúa durmiendo y roncando bajo un árbol, su barriga llena de cabritillos todavía vivos. No sabe lo que le espera.
jueves, 5 de mayo de 2011
Desfachatez
Para escribir literariamente es imprescindible la desfachatez.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Arterias
Al salir del trabajo me llama la atención el color achocolatado del río Vero, que corre veloz ceñido por el cauce de hormigón que cruza la ciudad. El sol brilla en el cielo despejado y caigo en la cuenta de que la turbiedad del agua es fruto de las tormentas de las montañas, que suelen ser violentas y espectaculares. La lluvia cayó con fuerza allí arriba no hace demasiado tiempo, tal vez anoche o incluso esta misma mañana, y ahora, al mediodía, bajo la luz radiante del somontano, sus consecuencias fluyen delante de mí rumbo al río Cinca, el gran Ebro y el mar lejano. Durante un instante veo con claridad lo que miles de poetas cantaron: el paisaje convertido en piel sensible, las venas y arterias del mundo, las tormentas del corazón, nuestras vidas, el río.