Ha comenzado un año nuevo y hay naves de origen humano que viajan a través del espacio. Existe un aparato parecido a un coche que recorre la superficie de Marte, y tiene hasta un dron con hélices específicamente diseñadas para la densidad de la atmósfera de ese planeta y poder explorarlo desde las alturas. Las vacunas salvan cada día miles y miles y miles de vidas. En un laboratorio de Bergen, en Noruega, una joven científica española descubre la localización de las células madre que derivan en los órganos reproductivos de una especie de anémona que no conoce nadie más que unas decenas de científicas y científicos locos por los cnidarios. La exploración que nos hizo salir del continente africano prosigue. El mundo, y no hablo sólo del lugar que pisamos sino de lo que contemplamos en el cielo por la noche, es un sitio absolutamente maravilloso.
martes, 4 de enero de 2022
lunes, 3 de enero de 2022
Ladra un perro
Ladra un perro. Tiene el ladrido de un perro pequeño o mediano, pero no soy un experto en ladridos (tal vez sea un perro gigantesco). La noche avanza minuto a minuto. Me doy la vuelta en la cama y, de pronto, el perro, como si me hubiese escuchado, ha dejado de ladrar. La vida de verdad está hecha de pequeñas cosas y sucesos sin importancia, cotidianos, diarios, nocturnos. Hay pocos palacios y muchos apartamentos pequeños como el nuestro. El perro sigue sin ladrar. Soñaré con caballos: me conformo con eso.
domingo, 2 de enero de 2022
Hojas de árboles, polillas
Nada está asegurado nunca. Somos hojas de árboles, polillas sorprendidas por la luz del día. Ni el amor, ni el dinero ni la salud están asegurados nunca. Nuestro corazón no bombea litros de sangre como si fuesen infinitos, sino justamente al revés. Nacimos para morir y vivir hasta entonces. Esta es la verdad, y lo que nos hace profundamente humanos es que, sabiéndola, somos capaces de ser felices y disfrutar de un día de sol en invierno, de un beso, del amor.
sábado, 1 de enero de 2022
Dos palmos de profundidad
El río, de dos palmos de profundidad, fluye delante de mi piso de alquiler. La luna andará por alguna parte allí arriba, en el cielo. Yo estoy solo y, a la vez, en medio de una muchedumbre. Comienza un nuevo año. Todo es simbólico, teatral, pero vinimos a este mundo para vivirlo poéticamente, como ya se sabe. Dos mil veintidós es un buen título. Dos mil veintidós: sí. Me gusta mucho.
jueves, 30 de diciembre de 2021
Algo de algo
No lo ignoro todo. No sé nada de nada. Sé algo de algo. Conozco los mismos secretos que tú.
martes, 28 de diciembre de 2021
lunes, 27 de diciembre de 2021
Un viajero
Me he despertado bruscamente en medio de la noche, en la cama. No sé si fuera nieva, hay niebla o ya ha florecido la primavera. He ido a mear, me he lavado las manos y luego he venido aquí a sentarme frente al ordenador. Escribo. Afortunadamente mañana tengo vacaciones y podré seguir durmiendo hasta la hora que quiera. Estoy vivo. Amo y soy amado. No recuerdo qué soñaba. Todo este milagro de mi existencia y la de mis antepasados y la de mis hijos y la del mundo que me rodea me parece a menudo la invención de alguien. Lo que no puede inventarse es mi agradecimiento permanente, a menudo invisible. Estar vivo y en este mundo tan extraño es algo cuyo sentido quizás comprenda en toda su plenitud durante el instante previo a morir, o no. Lo respeto. Sólo soy un viajero. No aspiro a nada más.
miércoles, 22 de diciembre de 2021
Dos mil veintiuno
El año dos mil veintiuno se precipita cada día a más velocidad hacia el diminuto, pequeñísimo, ojo de la aguja. Somos los mismos y nunca somos, exactamente, los mismos. Amamos la belleza, amamos el amor, querer, ser queridos, amamos los viñedos y, al fondo del horizonte, la nieve en las montañas. Si alguien me preguntase qué hacer para mantener este tesoro le diría: seguir adelante. Sigue adelante, camina a través del campo, detente a examinar las huellas de los jabalíes, las de garduñas y zorros y bicicletas de montaña. Todo acaba y comienza. Así sucederá. No de otra manera.
martes, 21 de diciembre de 2021
Consunción
El tiempo me consume poco a poco, me doy cuenta, y lo que más rabia me da es no haber aprendido gran cosa.Recuerdo que cuando era un preadolescente lleno de dudas me preguntaba si el mundo existía cuando cerraba los ojos, si existían los colores, las formas de las cosas, el universo entero.De algún modo sigo ahí, en esos doce o trece años, anclado en esa pregunta que siempre me persigue. ¿Qué significa todo esto, todo lo que me rodea? ¿Y por qué? ¿Por qué mi madre tiene la enfermedad de alzheimer sin que yo pueda hacer nada para borrarla, para que no exista? ¿Por qué no puedo evitar la tristeza y la dicha? ¿Por qué no puedo impedir absolutamente nada? ¿Por qué el mundo me impele a todo, a lo que deseé con todas mis fuerzas y también a lo que nunca hubiese elegido?
domingo, 19 de diciembre de 2021
Segismundo
A veces tengo la certera sensación de que vivo entre dormido y despierto, entre ebrio y sobrio, entre vivo y muerto, entre este mundo y otro que no sé cuál es, ni dónde, ni nada. Conduzco en la carretera a través de la niebla. Los campos invisibles podrían ser el mar o el espacio estelar; el dibujo infantil de un niño o, sencillamente, algo que todavía nadie supo expresar. Ignoro si estoy volviendo a casa o me estoy yendo para no regresar.