Nunca he vivido junto al mar. Sólo en vacaciones, durante algunos días. Sólo en sueños nocturnos de inmensas y abandonadas ciudades casi enterradas en la arena de playas azotadas por mareas apocalípticas.
A estas horas, pocos minutos antes de irme a dormir, el sonido del tráfico de Zaragoza me recuerda a las olas llegando y alejándose pacíficamente de la orilla al ritmo del color de los semáforos.
viernes, 14 de abril de 2017
Playas
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2 comentarios:
Siempre que cierro los ojos
me imagino viviendo
junto al mar.
A mí también me pasa. Envidio a las personas que viven junto al mar. De hecho M. y yo nos imaginamos, una vez jubilados (ay), viviendo varios meses al año en la costa de Asturias, que es mi Irlanda española.
Un abrazo, CDLC.
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