Suena la sirena de una ambulancia o un coche de la policía. Estoy en Zaragoza. La brisa atraviesa el apartamento. La vida sucede al margen del entusiasmo y, afortunadamente, al margen también de la decepción. La naturaleza posee una sabiduría indiferente a los sentimientos, indiferente al lenguaje, indiferente a todo. Es bueno saberlo.
sábado, 5 de septiembre de 2020
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2 comentarios:
Suenan sirenas con mucha frecuencia. Ahora las distingo, antes no. Afortunadamente la naturaleza sigue su curso, tan listos que nos creemos. Me gusta que vuelvas a escribir.
Un fuerte abrazo
Gracias, José Luis, un abrazo.
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