Estoy tan cansado que deliro. Selvas, desiertos, la superficie de Marte. Me dejo ir en el gran río con los brazos y las piernas abiertas como la crucifixión de San Pedro. Las nubes en el cielo. Una garza asustada huye de la rama de un árbol milenario. Estoy tan cansado que cierro los ojos pero la luz atraviesa mis párpados convirtiendo la deseable oscuridad en un mundo de color melocotón. Nada puedo hacer.
jueves, 3 de septiembre de 2020
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