Hoy he terminado con la cortisona. Sólo eso ya me hace un poco feliz porque estoy inflado como un pez globo, y sé que en unos días me desinflaré. Mañana comienzo con un tratamiento nuevo creado para personas transplantadas, una medicación específica para impedir que mi sistema inmune se ataque a sí mismo cuando caigo en picado, como sucedió. Soy un instrumento desafinado pero aquí sigo. Debo ser fuerte ante la situación de mis padres. Yo luchando contra mí mismo y no sé quién ganará. Ni en la adolescencia lo hubiera imaginado.
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2 comentarios:
Ganarás tú, claro.¡Qué cosas!
Un abrazo, Jesús, ahí estamos.
De la Zaragoza que conocimos apenas quedan las escaleras del Palafox.
Un abrazo, José Luis.
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