viernes, 14 de enero de 2022

Como el bello día

Ni la belleza ni la tristeza
tienen horario. Me dormí y
acabo de despertar sentado
en la silla, sí, sentado en
la silla. La noche me ignora
mucho más de lo que yo
le ignoro a ella, cansado como
un humano vacío, sólo huesos,
piel, cáscara, ropa, ella
recién despertada, la joven noche
tan inmortal como el bello día
que comenzará mañana helado,
transparente, eterno.

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