Ni la belleza ni la tristeza tienen horario. Me dormí y acabo de despertar sentado en la silla, sí, sentado en la silla. La noche me ignora mucho más de lo que yo le ignoro a ella, cansado como un humano vacío, sólo huesos, piel, cáscara, ropa, ella recién despertada, la joven noche tan inmortal como el bello día que comenzará mañana helado, transparente, eterno.
viernes, 14 de enero de 2022
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