A mí, junto al sexo, la comida, la siesta, la lectura, escribir, la música, el alcohol, el cine, no hacer nada, etcétera, una de las cosas que más me gustan son los caminos del campo.
Esta mañana hemos explorado territorio incógnito. Mientras caminábamos yo no dejaba de recordar una canción del siglo XVI que canté muchas veces con la Coral de Binéfar:
Levanteme, madre,
al salir el sol,
fui por los campos verdes
a buscar mi amor.
Muchos kilómetros más allá de los campos verdes podíamos contemplar las cordilleras coronadas de nieve. Vimos también un zorro que durante un momento se detuvo y nos observó con curiosidad antes de salir corriendo. Vimos huellas de jabalís en la tierra húmeda después de la temprana nevada y posterior lluvia de ayer. Entre las rectas líneas de los viñedos crecían miles de pequeñas flores amarillas.
domingo, 26 de marzo de 2017
Fui por los campos verdes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Me ha recordado esto, hasta donde llegaba la vista, todo eran campos frescos y caminos nuevos y viejas carreteras de losas como las que construían los romanos...
Ay! quizá debería haber dicho hola! y saludos! ;-)
Bah, da igual: bienvenida a Las cinco estaciones. Y me ha encantado el texto de Josep Lluís Badal, de quien he de reconocer que no sabía nada.
:-)
¿Y no será "levanteme", no "levánteme"? No lo he buscado, pero me lo parece.
A lo mejor te lo ha corregido el ordenador, como a mí en la línea anterior si no llego a mirarlo...
Abrazos.
Es levanteme, efectivamente (¡ y me lo ha vuelto a corregir!). Lo corrijo con presteza. Gracias y abrazos.
Publicar un comentario