domingo, 1 de septiembre de 2019

Uno de septiembre

La pequeña orquesta suena frente al palacio de congresos, a veinte o treinta metros de mi apartamento. Está compuesta por dos personas, un chico y una chica, un teclado, luces y, claro, un sintetizador con todas las canciones grabadas.  La voz es en directo.  Unas cuantas parejas de personas mayores bailan. Tengo suerte de que en ese lugar se celebran las verbenas para personas mayores, porque eso significa que allá hacia las once ya habrá terminado todo. Ahora mismo la chica canta una famosa ranchera, antes fue "Quieres que bailemos un vals" de un cantante canario de cuyo nombre ahora no me acuerdo ni tengo ganas de buscar. Esto sí que es música clásica y no Mozart.

Odio las fiestas en general y las patronales en particular. Barbastro está en fiestas toda la semana. Esta mañana, junto al puente donde he tomado algunas fotografías de los edificios junto al río, estaban montando las ferias en la superficie de lo que durante el resto del año es un gran aparcamiento. Las ferietas: el último vínculo con la edad media y el timo consentido "porque son fiestas". Ahora se han arrancado con "No te vayas de Pamplona". Oh, misericordia.

5 comentarios:

fernando dijo...

José Velez.Si mal no recuerdo, antes de invitar a su pareja a bailar un vals, le preguntaba,en francés, si quería acostarse con él...
Un abrazo, Jesús.

Portarosa dijo...

Eres muy gracioso en plan cascarrabias.

Un abrazo, después del parón (mío) estival.

Anónimo dijo...

voulez vous danser avec moi, NO confurndir con voulez vous coucher avec moi, dos canciones distintas,

fernando dijo...

Tienes ŕazón.

Jesús Miramón dijo...

Soy un cascarrabias, parece mentira que todavía os sorprenda, Porto. Y es verdad, Fernando, esa canción es de José Vélez (qué habrá sido de él), y es terrible. Vale, anónimo, sé diferenciar los dos títulos: si al menos fuese el segundo... Bah, daría igual, otro tostón de verbena.

Y queda toda la semana. Y a la vuelta de la esquina llega la navidad. Y toca en mi piso de Zaragoza. Joder... (Aunque sé que luego, sólo por el hecho de cocinar para toda mi familia, me angustiaré y lo pasaré bien, más o menos)