jueves, 27 de marzo de 2008

Richard Widmarck

Cuando me levanto de la siesta
la tarde se parece a una película,
mis ojos pesan su precio en oro
y sudo como los héroes
después de haber perdido el conocimiento
durante días enteros.

He quedado más tarde con una chica
en un local de la ciudad.
La esperaré apoyado en la barra,
un cigarrillo colgando de mis labios,
y le diré, poniendo voz de actor americano:
"Hola, encanto, ¿puedo invitarte a una copa?"
Entonces ella reirá y me dará un beso
y me tomará del brazo y nos perderemos en la noche.

Ahora la tarde se parece a una película
y en la televisión reponen
"Pánico en la ciudad", con Richard Widmarck.

Zaragoza, 6 de julio de 1983.

2 comentarios:

Portarosa dijo...

Un homenaje sin una razón especial aparte de admiración; más valioso.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Richard Widmarck siempre fue uno de mis actores favoritos junto a muchos de sus compañeros de promoción: James Stewart, Spencer Tracy, Henry Fonda, Glenn Ford y tantos otros. Al leer la noticia de su muerte recordé que aparecía en un poema mío de hacía muchos muchos años, lo busqué, lo encontré y lo traje hasta aquí.

De Richard Widmarck me gustaba también que se parecía un poco a mi padre físicamente, en la estructura del rostro, la nuca, las mandíbulas, no sé. O que mi padre se parecía un poco, se parece todavía, a todos esos actores austeros, profesionales, dueños de un talento y una honestidad que ahora casi resultan anticuadas.

Ahora mismo voy a ponerme a buscar películas suyas en la biblioteca universal. Volver a disfrutar de ellas sí será un verdadero homenaje, el mejor de todos.

Un abrazo.