martes, 25 de enero de 2011

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Me gustan estas gélidas mañanas con temperaturas bajo cero, los campos cubiertos de escarcha, la transparencia del aire, los charcos helados, los arbolillos en cuyas ramas más altas algunos pájaros se exponen a los primeros rayos del sol para ahuyentar de sus cuerpos el frío nocturno. ¿Cómo es posible que un gorrión que pesa poco más que un pedazo de pan pueda sobrevivir a noches como estas?

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