Me gusta más la expresión "ya se ha hecho de noche" que "ya es de noche". Porque hacerse y ser son cosas distintas. A mí me gusta que las cosas se hagan, incluso aunque sepa que en realidad son. Me hago mayor versus soy mayor, etcétera.
En el hacerse hay un pasado, un proceso. En el caso de la noche, todo el día anterior en el que fuimos a trabajar y cocinamos e hicimos cosas. Ser es como si lo que sucede apareciese de la nada, en un segundo, sin pasado y, por lo tanto, sin futuro.
Se ha hecho de noche. Por la tarde sonaron truenos bajo lejanas nubes oscuras, casi negras, que pasaron de largo. Ahora mismo cuece a fuego bajo en la cocina un osobuco que comeremos mañana. A las doce menos cuarto se cumplirán las tres horas de rigor para que la carne sea como mantequilla.
Mientras tanto escribo en este diario que me acompaña desde hace tanto tiempo. ¿Qué me pasó hoy? Atendí a muchos seres humanos que dejaron huella en mí. El gingko frente a una de las puertas de mi bloque de apartamentos ha creado sus primeras hojas tiernas de primavera. Desde que supe que era un árbol prácticamente fósil, superviviente de una familia ya extinguida, lo miro de otra manera. Milagros en la acera y, unos metros más allá, el río fluyendo pacíficamente hacia el mar. Nada, absolutamente nada, es normal.
miércoles, 10 de abril de 2019
Diez de abril
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6 comentarios:
no es normal esa vista que tenes! ja... y me gusta eso de ser y hacerse, coincido con vos y no lo tenía muy en cuenta...
Nada es normal nunca, aunque suceda cada día.
Ningún día es idéntico al anterior. Jamás lo es. Es imposible.
Nada es normal.
¿ No vamos siendo lo que la vida y circunstancias nos va haciendo ?
Me gusta mucho tu escrito de hoy.
abrazos y felices sueños.
Te leo, y espero hablar personalmente pronto.
Un abrazo
Gracias, Luna. Un abrazo.
Un abrazo, José Luis, a ver si coincidimos alguna vez.
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