La noche hizo su milagro y desperté bien, con apetito aunque con miedo de volver a vomitar, un miedo que poco a poco se mostró infundado.
Fuimos de excursión a Pozán de Vero, un pueblo muy cercano a Barbastro. La ruta de los azudes. Todo estaba señalizado. Bosque de ribera, pájaros cantando, sol. Nuestra hija era feliz y nosotros también.
Ahora es de noche. He cocinado albóndigas caseras para mañana.
Cuando uno es joven nunca piensa en estas cosas. Que creará una familia. Que cocinará para ella. Que escribirá sobre estas maravillas cotidianas de su devenir.
sábado, 20 de abril de 2019
Veinte de abril
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